jueves, 15 de octubre de 2009

Kyoto - Osaka


Salidos de la locura de Tokio, es hora de empezar a explorar el país, y si lo primero ha sido la capital política y financiera, lo segundo será, sin duda, la capital cultural: Kyoto. Templos, castillos y toriis en cada esquina. Se debe tener en cuenta que la mayoría son reconstrucciones de una u otra época; los gobernantes americanos de turno hicieron, como siempre, un trabajo exclente a la hora de dejar el país como un solar, aparte de los frecuentes fuegos y ataques que destruían templos y castillos durante la violenta historia antigua japonesa, plagada de guerras civiles y luchas de clanes.

La cantidad de historia existente en la ciudad, capital en la época dorada de Shogunes y samurais es apabullante; junto con Nara, -al sur, primera capital del imperio y tan profusa en cultura como Kyoto- es donde los hambrientos del japón más tradicional quedarán satisfechos hasta decir basta. Para empezar, imprescindible alquilar una bici ;)

Sobresale en la ciudad el castillo Nijo-jo, residencia del primero de los Shogunes, Ieyasu tokugawa, que nos sorprenderá por sus jardines, arquitectura tradicional y su suelo. Sí, su suelo, que incluso tiene nombre: el piso del ruiseñor. Las tablas de madera que conforman el suelo están fijadas con clavos especiales entre tabla y tabla que hacen que rechinen y canten cual pájaro en primavera a cada paso, medida de protección del shogun contra intrusiones encubiertas de enemigos o ninjas (Shinobis en su palabra original). Os podeis imaginar a servidor caminando cual ninja por el piso, con calcetines y de puntillas para burlar el sistema... xD Imposible: Un tipo listo, este Tokugawa.

Lugares como el Kinkaju-Ji, templo en medio de un estanque y recubierto de oro en dos de sus tres pisos, o la pagoda de los cinco pisos, la más alta del japón con sus casi 60 metros, nos dejarán también empachados de la magnificencia de la historia japonesa: Aquí cada templo, jardín o castillo es diferente a todos los demás, lo que hace necesario considerar pasar aqui el máximo tiempo posible dentro de la agenda que cada uno tenga en su viaje.

Algo a remarcar respecto a Kyoto es que suele ser el lugar a donde ir a ver uno de los símbolos imborrables del japón: Las Geishas y sus aprendices, Maikos.

A verlo o a no verlo; Actualmente, en todo el Japón, quedan unas mil, 100 de ellas en Kyoto. Inexplicable quizá, aunque no tanto al tener en cuenta de que, en esta sociedad, lo nuevo se acoge con entusiasmo; lo viejo se venera pero se desecha sin el mínimo remordimiento aparente. Un aspecto que posiblemente nos aclare, entre otras razones, cómo una sociedad ha evolucionado desde la nada al todo en menos de 50 años. De todos modos con una tarde de paseo al este de la ciudad y un poquito de suerte tendremos suficiente para ver al menos una.

Entre tanto templo, imposible no mencionar también el Fushimi Inari Taisha -4 km. De túneles hechos de Toriis, las típicas “puertas” rojas japonesas”-, templo dedicado al arroz, existiendo tambien atracciones más mundanas como museos manga o movieland, paridero de numerosas películas niponas y un lugar a donde ir a desintoxicarse de tanto templo y tradición.

Kyoto es la segunda referencia del Japón, y a fe que lo vale: Estupendo contraste con la jauría de Tokio y un primer bocado del japón rural y tradicional.


Osaka

Osaka es sólo superada por Tokio como muestra de la locura urbanita del Japón. Ciudad venida a menos, fue en su tiempo el centro económico del Japón hasta que fue superada por la mencionada Tokio; desde entonces ha habido una constante deriva de empresas, inversiones y nuevas infraestructuras hacia esta última, que han dejado a Osaka como una muestra de lo que es tokio: Un monstruo que atrae, depreda la vida del país, la juventud y las nuevas ideas. Consequentemente veremos una población más envejecida -auténtico problema en Japón el envecimiento de la población y baja natalidad-, pero la juventud del lugar dará el do de pecho en la zona central de la ciudad.

Bulevares, neones, pantallas gigantes y altavoces con voces acarameladas: Todo concentrado en 3 o 4 calles en el centro; lo más parecido a la película Blade Runner, ambiente futurista; imperio del neón.

En definitiva, una muestra del crecimiento del japón hasta mediados de los 80 cuando empezaron los problemas económicos del país: la ciudad parece haberse quedado en esa época, y sus habitantes transmiten la misma sensación de antigua -y perdida- magnificencia; una muestra más de que en el Japón, lo nuevo se reverencia y lo viejo se venera pero se desecha.

Eso sí, cosas como el castillo de Osaka (foto superior), el citado barrio centro o el acuario -el más grande del mundo, con dos tiburones ballena y cientos de especies diferentes, foto imferior)- harán buenas visitas para el par de días que necesitaremos para quedarnos con una mínima impresión del lugar.

En este apartado me pararé para hablar del Danjiri Kishiwada, festival a las afueras de la ciudad, zona Kishiwada, al que tuve la oportunidad de asistir.

Se trata, básicamente, de enormes carros cubiertos y profusamente ornamentados, con 4 ruedas fijas, es decir no girables, de modo que a los japoneses, tan modernos ellos pero tan tradicionalmente borricos en ocasiones, no se les ocurre nada más que poner a u mínimo de 100 personas -los jóvenes- tirando de una cuerda delante del carro y unas 50 -los mayores- detrás, para empujarlo a los lados mediante grandes maderos fijados a la estructura y hacerlo girar en las esquinas de las calles a lo bruto; esto provocará numerosas caídas o que alguno de ellos salga despedido debido a la inercia del cachivache, lo que unido a la gente -mujeres y niños en su mayoría- de la ciudad que suele seguir a los carros corriendo nos recordará ligeramente a los san fermines y nos dibujará una extensa sonrisa en el rostro que los locales apreciarán como un tesoro. Estos carros, además, se sacan una vez al año por lo que podemos imaginar la pasión que le ponen; siempre gusta encontrar un turista aislado que venga a ver tu fiesta supongo.

Me he parado a hablar de esto porque en un país así es fácil empacharse de templos, castillos y demás; la manera ideal de “desintoxicarse” es asistir a uno de los numerosos festivales que hay durante el año. A los japoneses les encanta celebrar, y lo demuestran en cada ciudad, cada mes del año -lo que no quita que debamos tener un peliiiin de suerte para pillar alguno-

Último apunte: Japón Es caro, sí, y Tokio es probablemente una de las más caras ciudades del mundo; sólo en el metro ya se nos irá más dinero del previsto. Salir por la noche, en una zona como roppongi, nos dejará también bastante pelados, y las guesthouses no suelen bajar de los 17-20€ la noche; no obstante, no es difícil encontrar comida a buen precio -380 yenes por bol de arroz con ternera y sopa miso- y las entradas a museos o templos no son caras, ni aquí ni en el resto del país. Cuestión de balance... y presupuestos.

Algo caro pero imprescindible tambien si queremos exprimir el país a fondo será comprar un JR rail pass, que nos saldrá a cuenta sí o sí y nos facilitará enormemente la tarea de movernos de ciudad a ciudad ya que incluye el famoso shinkansen, tren bala: Con una frequencia de cada 30 minutos y un metro de espacio para las piernas en pocas horas estaremos en destino por lejos que vayamos. Atención, el pase sólo es adquirible fuera del país, una vez en Japón no podemos comprarlo por muy extranjeros que seamos.

Eso si, los precios no quitan que haya que venir en cuanto se pueda, por supuesto. Pero sigamos...



Tokio, la ciudad imposible


Solemos pensar, (no sólo) en la vieja europa, que la sociedad hace al país, la sociedad hace a la cultura, y ésa es la primera y más notoria diferencia que nos encontramos en Tokio: Aqui, la cultura, la ciudad, hace a la sociedad, la forma y la moldea. Intentar definirlo se torna en una tarea ardua ya desde el principo; aqui no hay resúmenes que valgan, cada mínimo aspecto tiene un máximo de diferencia.

No obstante, habrá que intentarlo...


Población: ni más ni menos que 13 millones de personas, sin contar el extrarradio. Enorme red de metro y taxis con fundas de asiento de encaje, templos centenarios -aunque el tokio actual no tenga más de 60 años desde la devastación de la 2ª guerra mundial- junto a arquitectura de vértigo; tradición, última moda; patria de la soledad y del consumismo de per se: Son mil los detalles a mirar y analizar.

Llegados al aeropuerto de Narita lo primero que haremos será ir a la oficina de turismo y obtener un libreto de la ciudad y un mapa del metro. Enorme; a veces parece que Tokio tenga dos niveles: la superficie y el subterráneo, son tantas las salidas a la calle de cualquier estación que si nos equivocamos podremos acabar saliendo a 1 kilómetro de donde queríamos... saliendo de la misma estación, me ha pasado bastante y se queda uno con una cara de tonto importante.

En fin, ya llegados al centro de Tokio -70 minutos desde el aeropuerto hasta la ciudad, callados con el 70% de los locales enganchados a sus móviles, tecleando que no hablando; está prohibido hablar por teléfono en el metro y en los restaurantes-, y salidos a la superficie, deberemos encontrar nuestra guesthouse; tarea nada fácil ya que a cada segundo se nos irán los ojos a tal o cual edificio, tal o cual vestimenta o tal o cual muñequito manga, ya sea en forma de estatua o dibujito.

Acomodados por fin, intentaremos hacernos una idea global de la ciudad: un conglomerado de pueblos o zonas, devoradas todos por el Tokio original, en las que tanto el fin como el medio difiere de unas a otras. Roppongi para la vida nocturna, Akihabara para la electrónica y el manga, Ginza para lo exclusivo, Shibuya para lo joven, Asakusa o Shinjuku para tranquilidad.

A la hora de empezar a movernos, el transporte es excelente: La puntualidad y frequencia del metro es apabullante, servidor se quedó helado al ver un revisor, cronómetro en mano, entrar en un vagón al azar, empezar a contar segundos y cerrarse las puertas y arrancar el convoy justo en el segundo en que el buen hombre acababa de contar. El taxi sólo será una opción para los presupuestos más abultados, tampoco es que haga falta a no ser que acabemos una noche loca más allá de las 00:00 horas, cuando el sistema hiberna y los metros cierran.

Tokio, ciudad portuaria aunque a veces se olvide, gravita alrededor del palacio imperial y sus jardines, visitables a medias pues solo podremos entrar en el palacio de la monarquía más antigua del mundo dos días al año; el resto del tiempo tendremos que conformarnos con sus jardines.

Alrededor, decíamos, de esta muestra de magnificencia relajada, empezaremos a visitar:

Roppongi, distrito financiero de día y de ocio por la noche, será donde econtremos cosas como la Tokio Tower, un facsímil de la torre eiffel que nos brindará las primeras vistas aéreas del interminable tokio: mejor visitado de noche, nos quedaremos sin aliento con la vastedad de la ciudad; la profusión de luces, líneas de transporte terrestre y rascacielos nos hacen pararnos y simplemente mirar, observar: Una ciudad viva, palpitante a todas horas. No en vano, este es el lugar que, desde la devastación de la segunda guerra mundial, creó su propio milagro para convertirse en uno de los centros mundiales a tener en cuenta, arrastrando a todo el japón con él.

Roppongi, decíamos. Clubes como The Cavern, homenaje a los beatles -un fenómeno en japón como en ningún otro lugar-, restaurantes ejecutivos y discotecas con lo más granado del techno y performances tan locas como el propio país; un primer vistazo a la mareante arquitectura y la original manera de vestir de los japoneses de noche.

De ahí se puede pasar, perfectamente, a Shibuya, y aquí es donde nos sentiremos en otro planeta.

Zona donde conseguir lo último en moda japonesa, las últimas tendencias, ese codiciado volumen manga o gastar algunos yenes en los varios centros de Pachinko (He decidido que el deporte nacional no es ni el béisbol ni el sumo: Es el Pachinko, máquinas recreativas demasiado difíciles de explicar, mejor buscar por internet, pero que con su incesante caer de bolas metálicas crean una banda sonora como para lobotomizarle a uno), centros comerciales o de manga interminables o ver casi el ejemplo más claro de la locura reinante: El cruce de Shibuya, miles de personas por minuto yendo aqui o allá, nos dejará con la boca tan abierta como el mejor de los templos o edificios del país.

Barrio eminentemente joven, encontraremos también -junto a Akihabara o, por ejemplo, parque Yoyogi en fin de semana- lo más granado de la juventud y la moda kitch, geek, freak o como quiera llamársele. No encontraremos en madrid o barcelona a nadie vestido ni la mitad de raro -u original o vanguardista según se mire- que en este distrito de tokio.

El anteriormente citado Akihabara, no obstante, no le va a la zaga: la zona electrónica por excelencia ha perdido su atractivo en cuanto a precios que siempre la había caracterizado, sin embargo los extranjeros podremos ahorrarnos el IVA presentando el pasaporte.

Tiendas de piezas para robots, barrios de instrumentos musicales, edificios enteros donde encontrar lo último en tecnología, no encontraremos un centímetro cuadrado de pared sin una colorida pegatina, anuncio o consejo acompañado de un dibujito manga; el exceso de información se hace apabullante, encontrar un determinado artículo electrónico nos podrá volver locos con tanto color, neón y ruido.

Odaiba, isla artificial construida sobre un vertedero, que se ha transformado en la zona más experimental de tokio. Lugares como el edificio de la fujiTV o el museo de ciencias y tecnologías emergentes, toda una garantía con ese título en un país como el Japón, harán buenas visitas antes de salir a la calle al anochecer y sentarse a observar el espectáculo de la ciudad de noche desde la bahía de Tokio; la réplica de la estatua de la libertad con el puente Rainbow de fondo, acompañados por el skyline tokiota atraen cada noche a decenas de turistas -y locales- en busca de ese ambiente y foto mágicas.

Harajuku, Ginza, Asakusa... demasiados barrios quizá para este humilde blog, o puede que demasiadas las diferencias entre ellos; lo que queda claro es que no hay un barrio parecido al otro, conformando una variedad de estilos difícil, si no imposible, de encontrar en ningún otro lugar.

Y es que todo es imposible en esta ciudad: la moda, vanguardista hasta el extremo; los edificios, mareantes en su tamaño o diseño; el metro, un Tokio subterráneo con la misma población aparente que la superficie y probablemente el mayor número de móviles conectados a internet de todo el hemisfario norte; la tecnología, habitual encontrar el último modelo de robot aspiradora para tu casa; los centros de pachinko, las performances discotequeras, la profusión de falditas de colegial y peinados masculinos voluminosos hasta decir basta, los hoteles cápsula, para ejecutivos adictos al trabajo o turistas curiosos; bares “otakus” donde nos servirán chicas con vestido de colegiala y cofia...

Y todo ello con la sensación, como decíamos, de que no son los Tokiotas los dueños de la ciudad: Cada uno condiciona al de delante, el de delante condiciona la moda del de al lado y la ciudad los moldea a los tres para terminar poseyendo su hoy, su mañana... y su modo de vida: Aquí el “tú”, el “él” y el “yo exterior” se imponen al “yo interior” con tanta fuerza que las vías de escape para este último son tan numerosas e intensas como gente vive en la ciudad.

En medio de todo ello encontraremos remansos de paz en parques, barrios de bares tradicionales o tranquilos baños públicos -Onsen, alos cuales servidor de ustedes no pudo acceder debido a su brazo tatuado al estilo japonés-, pero el torbellino que es Tokio nos arrastrará inevitablemente a un mundo en el que el -pequeñísimo- espacio mental que el tokiota tiene para él mismo intentará multplicarse exponencialmente en intensidad, ya sea ante una máquina recreativa o una camarera vestida de enfermera.

Podría seguir y seguir hablando de la psique; citando diferencias con el resto de mundo conocido o intentando sintetizar todos los detalles; la tarea, no obstante, se me antoja harto dificil así que espero que lo escrito hasta ahora le sirva al lector para hacerse una ligera idea. Suele considerarse muy difícil venir hasta aqui debido a la distancia y el alto coste de vida.Y lo es, pero deberemos hacer el esfuerzo en cuanto sea posible porque aqui, en Tokio, uno no mira o se pasea por la ciudad: la ciudad lo mira o lo pasea a él.

Y eso hay que experienciarlo.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Vietnam, 2ª: Itinerario

Así que, aqui estamos! Empezamos por Ho Chi Minh City (antigua Saigón) dispuestos a regatear el precio de la habitación; una de 6€ la podremos conseguir por unos 4 con un poco de insistencia, teniendo en cuenta hoteles, hostales y “rooms for rent”, literalmente habitaciones en casas privadas. No parece caro pero se debe tener en cuenta que en este país los servicios e infraestructuras tienen un nivel más bajo que en otros paises más avanzados; se obtiene menos por el mismo dinero, por lo tanto, aqui la comodidad se paga. Aún así, sigue siendo posible tomarse una jarra de cerveza en Hanoi por unos 4000 VND -Unos 0.20€- o un Hot Pot (Foto inferior, de 60 000 a 100 000 Dongs)

Los túneles de Cu Chi, enorme red de túneles usados por el Vietkong durante la guerra contra EEUU son una muy buena opción en cuanto a visitas; los americanos llegarían a construir una de sus bases encima de una sección de túneles sin siquiera dersa cuenta.

Si se puede, es también recomendable irse a recorrer la campiña del Delta del Mekong: Cráteres de bombas entre miles de hectáreas de arroz y nuestro primer contacto con el Viet Nam más rural. El Distrito de Cho Lon, en Saigón, nos servirá para familiarizarnos con la vida en el mercado vietnamita. Cientos de colores y aromas se mezclan en lo que antaño fue una de lás zonas de más comercio del sudeste asiático.

Entre tanto vendedor ambulante deberemos decidir nuestro siguiente destino; aqui es donde entra el sistema Open Ticket. Un buen invento: Se puede ir de sur a norte del país, parando en las principales ciudades, por unos 20€; la opción de autobuses-litera nos podrá salir unos 5-10€ más cara. Difícil decidir ya que, por ejemplo, el recorrido Hoi An – Hue (4 horas) contrasta con el Hue – Hanoi, 13 horas. Las distancias son grandes aquí aunque no lo parezcan, y la velocidad real de los vehiculos no suele pasar de los 70km/h; por lo tanto, aunque el ticket de asiento es más barato quizá los viajeros con un poco más de presupuesto se decanten por la opción del bus-litera.


Primera parada Nha Trang (foto superior), en la costa; una especie de Benidorm a la Vietnamita, más últimamente en que se pueden ver los esqueletos en construcción de los futuros hoteles-rascacielo. La parte más turística en sí no tiene mucho a remarcar; será en el precioso barrio de pescadores o el templo Cham de las columnas a donde tendremos que ir en busca del Viet Nam más tradicional.

Destino frecuente para turistas y parejas Vietnamitas, quizá no queden colmadas todas las expectativas, pero el lugar es un buen punto de partida -uno de los pocos- para contratar los servicios de un Easy Rider, léase guia motorizado, que nos llevará de paquete en su moto, o nos dejará una moto para seguirle, en una ruta por el interior de la zona en cuestión; cascadas, villas y montañas incólumnes que nos permitiráan conocer el Viet Nam más auténtico. Una opción a tener en cuenta, se esté en la zona que se esté del país.

Siguiente parada, Hoi An, y aquí sí nos encontraremos algo diferente; pueblo a orillas del río, con la playa a unos 5 minutos, no encontraremos en la localidad ningún edificio que sobresalga de los demás, tratándose el estilo arquitectónico de casas bajas, de no más de dos plantas, generalmente de madera, y de mansiones de antiguos comerciantes chinos o miembros del gobierno, éste será un buen lugar para contemplar arte en una de las numerosas galerías existentes y/o encargar un vestido o camisa, hecho a medida, por unos 20€. Un cambio enorme comparado con Saigon o Nha Trang, en Hoi An servidor no pudo evitar notar reminiscencias mediterráneas; la misma tranquilidad, los mismos colores, el mismo ambiente. El pueblo se conserva como en tiempos antiguos; además se libró de los bombardeos norteamericanos durante la guerra así que en pocos lugares más veremos cómo era una ciudad vietnamita del siglo pasado. Un buen tratamiento de desintoxicación del crecimiento evidente en que se ve sumido el resto del país.

En Hue, también en el centro del país, nos estarán esperando el palacio del emperador, la ciudadela antigua y las diferentes tumbas de reyes que fueron gobernando el país desde esta ciudad, mezcladas con una ciudad hoy industrializada, principal ciudad del centro y tan superpoblada como Hanoi o Saigón.

100 kilómetros al norte se encuentra la Zona Desmilitarizada, a la altura del paralelo 17, el que separó Vietnam del Norte del Sur después de la guerra de Indochina: El lugar a donde ir si se buscan testimonios de la guerra contra EEUU.


En Hanoi, la capital, ciudad del Norte comunista vencedor y sede del partido, encontramos un ambiente distinto del de Saigón; aqui no tendremos que buscar bares locales de calle con cerveza barata pues parece considerarse más importante mantener el statu quo local que centrarse en el turista; lo cual es de agradecer.

Perseverando en su ideal del Vietnam más independiente, contrasta con la mucho más liberal Saigón en cuento a que no veremos vendedores ambulantes de guías de Vietnam, gafas de sol o grandes clubes con neones: aquí el partido controla, pero aparte hay una tendencia mucho más fuerte a mantener viva la tradición del país. El tráfico de motos e incesante actividad a cualquier hora del día son, no obstante, iguales que en Saigon.

Buena muestra de ello son, por ejemplo, las funciones de las tradicionales marionetas de agua o las visitas a la cárcel de Hanoi, el museo Ho Chi Minh o el mismo Mausoleo del difunto, en el que encontraremos al tío Ho fresco como una rosa gracias al embalsamamiento al que fue sometido a finales de los 60. Una lástima si consideramos que su voluntad era ser incinerado y repartir sus cenizas por las 4 montañas más altas del norte, centro y sur del país, como símbolo de unidad; el partido, no obstante, consideró mejor embalsamarlo para que lo pudieran ver los futuros ciudadanos vietnamitas del Sur aún no conquistado. Así que allí está el hombre, con su cara en todos los billetes del país, su nombre en autopistas y ciudades pero más tieso que la mojama.


A 4 horas al este, en la costa, se encuentra la bahía de Ha Long, patrimonio de la humanidad y de donde procede una de las fotos más célebres de toda Asia.

Miles de islotes y peñas se aglomeran en esta zona, visita obligada y en la que podremos realizar desde excursiones de 4 horas a 2-3 días durmiendo en uno de los juncos de la bahía. Eso sí, juncos modernos: Los tradicionales con velas vietnamitas hace tiempo que claudicaron frente a los grandes barcos-hotel y los motores fueraborda.

Aún así, el lugar nos mostrará una buena visión de la Asia más eterna; Un paisaje tan distinto a lo que podamos encontrar en occidente que nos hará volar la imaginación pensando en piratas, dragones y la Asia más ancestral. Una visita obligada si se decide venir al país.

Y, en cuanto al campo... realmente se respira un ambiente distinto al de las ciudades; los vietnamitas rurales suelen, en un 95% de los casos, ser gente curiosa y alegre que aceptan al extranjero con una sonrisa mientras le bombardean a preguntas como si está casado, cuantos años tiene, en qué trabaja... Gente sencilla, trabajadores y algo en su rostro que nos habla de lo mal que lo ha pasado el país en su larga historia, y también quizá una expresión de desconcierto, de no entendimiento ante el rumbo que están tomando las cosas en su país, un país que en su historia sólo había evolucionado en términos de lucha pero que se está zambullendo de lleno en la búsqueda de capital extranjero, de modernos vehículos de 100 000€ circulando por angostas calles entre cientos de motos y ciclotaxis y construcción de modernos hoteles, centros de negocio y resorts.

Como siempre, a más pobreza más riqueza: Al igual que en la India -ver capítulo anterior-, esto parece tratarse de 50 000 ricos que usan el potencial de los millones restantes para impulsar al país (y a sí mismos por supuesto).

Nos tememos, visto lo visto, que poco le queda al Viet Nam actual; el viajero que quiera saborear la tradición original hará bien en venir antes de unos 10 años; al ritmo que van las cosas ése es el plazo que le queda al Sur de los Viet -traducción de su nombre original, Nam Viet- para ofrecernos el encanto de sus gentes, de sus campos de arroz y maravillosos paisajes rurales intocados.

Un último apunte: El regateo. No sabemos hasta cuándo durará -posiblemente para siempre dado lo arraigado de la costumbre- pero aquí se regatea todo: Desde el alojamiento al transporte, libros, souvenirs... siempre se deberá empezar ofreciendo la mitad del precio que nos pidan.

Aquí se presupone que los extranjeros y Vietnamitas de dinero no sólo pueden sino que deben pagar más por lo mismo; no es aprovecharse sino una manera de ver las cosas en la que el que tiene más debe pagar más para ayudar al que tiene menos; la casta superior tiene privilegios pero debe, a su vez, contribuir al bienestar relativo de las castas inferiores.

Y se acabó el Viet Nam; en esta ocasión no me he recreado tanto escribiendo porque he estado demasiado inmerso en el país en sí. Sólo me queda recomendarlo como un excelente lugar al que ir a ver y aprender; los vendedores, mototaxis y demás pueden hacerse algo pesados de vez en cuando pero con paciencia y una sonrisa siempre por delante no deberemos tener el más mínimo problema.

Decir también que esta entrada trata sólamente de los lugares más visitados; En todo el interior del Vietnam encontraremos aldeas y campo para aburrir, se recomienda ingeniárselas para ir, tembién, hacia dichas zonas.

Espero que haya sido suficiente para haceros una idea o, cuando menos entreteneros; servidor se prepara para dirigirse al sol naciente: El Japón.

Viet Nam, 1ª: La larga lucha Vietnamita

Viet Nam, el dragón dormido de Asia -o la pértiga con dos boles de arroz en los extremos, a esto les recuerda a los vietnamitas la forma del país-, tiene mucho del primero: Un dragón que ha luchado, ha dormido y está despertando con una fuerza intensísima.

Bautizada como la Conchinchina por los portugueses allá en el 1516, fue considerada una tierra difícil, más violenta y menos “colonizable” que muchas de sus vecinas; no en vano desde el siglo I a.C había estado en conflicto permanente con el mismo país del que acabó absorbiendo una buena parte de la cultura: La China, y a la vez soportando conflictos internos sur-norte.

No sería hasta unos 100 años después que un jesuita francés, Alexandre de Rodes, que romanizó el alfabeto Viet, pero que introdujo la religión cristiana -con los consequentes predicadores y obispos con, nos tememos, no las mejores intenciones- y puso al Viet nam en la mira del colonialismo francés.

Así que un clavo, Francia, sacó a otro, la China. Pero, ay de los Viets, este último clavo estaba aún más caliente y duró hasta 1954, en que después de la guerra de Indochina y la larga marcha del Tío Ho (Chi Minh) los franceses se retiraron del país, exhaustos, y el Vietnam quedara dividido en dos: La República Democrática del Vietnam en el norte, comunista, gobernada por Ho Chi Minh y la República del Vietnam en el sur, “amiga” de los EEUU y con dirigentes extremamente anticomunistas.

En este punto el lector ya adivina lo que viene: Después de una breve pero intensa ocupación japonesa llegaría la guerra entre el Norte comunista y EEUU más el Sur anticomunista, que arrojó sobre Vietnam, Camboya y Laos el triple de tonelaje en bombas que en toda la segunda guerra mundial.

Pero, como llevaban haciendo los ultimos casi 20 siglos, los Viets lucharon, vencieron y en nombre de Ho Chi Minh el vencedor norte comunista unificó al país en lo que es hoy: La República Socialista del Vietnam, cambiando el nombre de Saigón por el de Ho Chi Minh City y iniciando un férreo control sobre la población y cualquier tipo de disidencia pasando desde campos de “reeducación” a ejecuciones, privando al país de la libertad que se había ganado y reduciéndolo a un estado de aislamiento y parálisis.

Y en esas estamos... o casi.

Hoy en día, el partido comunista -el único, por supuesto- sigue empecinado en controlar cada aspecto de la sociedad civil, siguen habiendo disidentes encarcelados y ejecuciones políticas todos los años.

La televisión sigue siendo la del estado; los periódicos independientes no existen y se controla incluso la disidencia electrónica, pero el dinamismo en el que se ha envuelto el país desde su apertura en 1994 está obligando al partido a replantearse el camino, adquiriendo cada vez más tintes capitalistas y creando una especie de “capitalismo de estado” en el que todo se recibe, todo se monetariza, y todo pasa por manos del partido en un momento u otro.

Como todos sabemos, la avidez de dinero sólo lleva a un destino: Más avidez de dinero, así que no parecen quedar lejos los días en que cosas como la malnutrición o la escolarización pasen a ser priorodades políticas (en el 13r país más poblado del mundo, eso sí); en la escena internacional el Vietnam nació “ayer”, quiere participar y parece saber que ello conlleva gobernar el país de una forma más normal, más abierta. La gente ya no le teme a la policía, lo cual es el primer signo de recuperación...

Recemos para que lleguen a buen puerto sin perder el equilibrio, ni de un lado ni del otro.


domingo, 23 de agosto de 2009

Ko Phi Phi


El grupo de las Islas PhiPhi, dentro del parque nacional de PhiPhi, se compone de 2 islas principales, Ko Phi Phi Don y Ko Phi Phi Leh (que sepais que en Thai todas las islas empiezan por Ko -.- ), rodeadas de no más de 3 islotes como la isla de bambúes, por ejemplo. La principal, PhiPhi Don, son básicamente dos islas unidas por una estrecha franja de terreno, el principal punto de vida de las islas. Su vecina, Leh, es lo justo para no ser un islote, 6 km2, y donde jamás se ha construido -ni se hará.

Uno no se espera, a estas alturas, encontrar un lugar que justifique la etiqueta de paraíso: En estos dias, con la enorme mayoría de destinaciones y lo avanzado del turismo, siempre habrá un pero, desde el alojamiento hasta el exceso de gente hasta el tráfico...

Es por eso que la primera buena señal que PhiPhi Don nos brinde será la ausencia de vehículos a motor -coches, motos y demás- en toda la isla, siendo las únicas permitidas las motos de la basura (la explicación, más tarde). Motos si, motos con carros enganchados y no camiones porque tampoco les hace falta más: el segundo buen augurio que la isla nos brinda es comprobar la pequeñez de la misma, no imaginada hasta que no se llega.

La vida se centra en un terreno de playa de unos 5km de largo por unos 3 de ancho llamado Haad Yao, con sendas playas a este y oeste, tratándose el resto de la isla de resorts bastante aislados -y bastante caros- y un puñado de aldeas de pescadores, no más de 10 casas.

Siendo un paraíso también para los buceadores, aqui encontraremos desde tiburones leopardo o tortugas hasta el maravilloso -pelín maltratado por la actividad humana, eso si- coral. Incluyendo a nemo; le encontré ;)

Los alojamientos, resorts y demás son suficientes, pero hay que tener en cuenta que las infraestructuras se están reparando y el suministro de agua deja mucho que desear en cuanto a su calidad. Y ahora es cuando viene la explicación pendiente y la razón de lo rudimentario de las infraestructuras:

La Isla ha estado y está en reparación, después de que el Tsunami del 24 de diciembre del 2004 matara de 2500 a 3000 personas, muchas de las cuales dadas por desaparecidas. Locales, turistas... los corazones de los lugareños están, y estarán, en reparación.

Antes del Tsunami, PhiPhi (Don, recordemos que en PhiPhi Leh jamás se ha puesto un ladrillo) se había entregado a la construcción salvaje, al crecimiento exponencial; el exceso de cimientos y tráfico en una isla tan pequeña la estrangulaba.

Pero llegó el día, las aguas pasaron y arrasaron: En una mañana, en Hat Yao -foto de arriba- no quedaban edificios sanos, los vehiculos invadían las calles en pilares de a 3 y las infraestructuras literalmente se hicieron pedazos.

Desde entonces la ayuda internacional ha llegado con suficiencia, el gobierno ha empezado a controlar el crecimiento e incentivar la autosuficiencia, por ejemplo prohibiendo la circulacion de vehiculos a motor en toda la isla o creando un sistema de tratamiento de agua basado en un gran parque-jardín de agua residual con abundante vegetación “chupadora/tratadora” de aguas ya usada.

Hoy PhiPhi es una isla en reconstrucción, con una herida que perdurará pero abierta a seguir un futuro -no muy próximo esperamos- de sostenibilidad y no-sobreexplotación.

Como curiosidad, señalar que se rodó en PhiPhi Leh la película la playa, del 2000, Maya beach se llama el lugar -rodando secuencias en Ko PhaNghan.-anteriormente citada en este blog-, pese a estar distantes cada una en un lado de Thailandia, y hay que decir que no muy respectuosamente; desde plantar árboles no autóctonos hasta terraformar ciertas zonas de la isla.

Y como curiosidad aún más friki en PhiPhi Don se rodaron secuencias de la peli el Hombre de la pistola de Oro de james bond en 1974 ;-) Seguramente no siendo ni 1/10 parte de lo agresivos que fueron en el 2000...

Y sanseacabó! Mi periplo por Thailandia, dos meses en este gran -a mi modesta opinion- país, en el que la gente no está orgullosa de ser Thai sino contenta de serlo.

La próxima, ya desde Vietnam, el “dragón dormido” de Asia. Así que, si me acompañáis...


Thailandia sur: KoPhaNghan, o la Ibiza Thailandesa


Y llegó la “pausa” que había estado esperando: Las islas del sur de Thailandia, que me tomé como un descanso de cosas como llevar la cámara encima todo el día.
Siendo mediterráneo mi cuerpo me pedía mar a gritos; así, llegar al puerto de SuratThani y respirar de nuevo el olor a mar me bajó de revoluciones y me preparó para lo que me esperaba.

Trayecto Bangkok-SuratThani en bus y Ko PhaNghan en barco, unas 12 y 2 horas respectivamente por unos 600-700 bahts lo tendremos. Como siempre, se puede llegar a hacer duro pero nada que nos estrese en demasía: Es fácil viajar en Thailandia, es uno de los paises ricos del sureste asiático y tanto las infraestructuras como el parque móvil están 100% acondicionados para el transporte terrestre.

Llegado a Ko PhaNghan, la mediana de las 3 islas -PhaNghan, Samui y Tao, la más pequeña y lugar a donde ir a hacer buen esnórquel-, hay diferentes opciones: En el norte y noroeste de la isla tendremos tranquilidad, en el sur y noreste estaremos cerca del meollo: La playa de Haad Rin, con sus dos vertientes, sunrise y sunset, y sus legiones de jóvenes de todos los paises que vienen a esta ibiza thailandesa buscando fiestas de luna llena, bailes de fuego en la playa y eventos en resorts con piscina.

El viajero más tranquilo hará bien en dirigirse a Ko Tao o incluso a Ko Samui; en esta isla, KoPhaNghan, nos dará la impresion de estar en medio de una gran fiesta, en curso o en preparación, al ver durante todo el día taxis-pickup cargadas de turistas jóvenes yendo a tal o cual evento -generalmente en el sudeste de la isla-

Servidor estuvo 8 dias en la isla, con lo cual le dio tiempo de visitar cosas como un centro de meditación donde retirarse una semana -fundado por un americano y mantenido por monjes y una pareja alemana-, casi el único de la isla y donde podremos aislarnos del exterior, a saber: No hablar, no gritar, comer frugalmente, meditar, pasear, etc. Contradictorio en una isla así...
Existen tambien en la isla diversas cascadas que vale la pena ir a ver, por cuenta propia o uniéndose a uno de los “reggae tours” que salen de Hat Rin en barco y remontan el río hasta dichas cascadas: Buen trayecto y buena manera de conocer otros viajeros.

Obviamente tampoco podia perderme la half moon party: En esta isla cualquier excusa es buena para una fiesta organizada, así que existiendo la luna llena es obvio que habrá tambien la media como mínimo. La diferencia, esta última se celebra en medio de la jungla; cada vez más gente, entre la que me incluyo, la prefieren a la luna llena que se celebra en la playa de Haad Rin.
Los tours a hacer esnórquel o submarinismo pueden tener lugar en PhaNghan pero generalmente nos derivarán a la costa de Ko Tao. Más pequeña y con aguas más cristalinas, como se ha dicho será un destino preferible a familias y viajeros no tan interesados en eventos de noche. El pero en Ko Tao nos lo ponen los precios, más caros que en las islas vecinas; PhaNghan sigue siendo caro comparado con el continente pero los precios se mantienen al soportar casi exclusivamente un turismo mochilero.

Lógicamente al ser una isla las infraestructuras no son tan buenas; de hecho, son malas hasta resultar peligrosas.
La orografía de la isla -las carreteras hacia Hat Rin pueden subir-bajar 50 metros en 20 metros de recorrido; a una moto de alquiler (250 bahts/dia) de 125cc con 2 personas a bordo le cuesta subir esas pendientes-, la mala calidad de los pavimentos y, sobretodo, el alcohol, hacen que cada día haya un accidente de moto en la isla, en el 85% de los casos tratándose de un turista (Apostamos sobre seguro al pensar en sangre más bien anglosajona). Es famoso el “tatuaje de PhaNghan”: rascadas, golpes y miembros vendados debido a caidas en moto.

Por lo demás, como el resto de Thailandia: Fácil quedarse, fácil sonreir. Encontraremos la isla más atractiva cuanto más jóvenes seamos y más ganas de “pendonear” tengamos; para todo lo demás están sitios como la citada Ko Tao o mi próximo destino, la costa oeste Thailandesa, el mar de andamán y, en él, un pequeño paraíso: Ko PhiPhi.

lunes, 3 de agosto de 2009

Interludio 2º- Camboya, o el poder del dólar

Mi incursión en Camboya -4 dias en Sieam Reap- hasta el Angkor Wat no me ha permitido sacar muchas conclusiones acerca del país que digamos, pero algo sí me siento obligado a comentar: Pobres camboyanos, que adoran al dólar americano y “repudian” el real camboyano.

Por supuesto podremos pagar una comida en reals, sólo tenemos que apartarnos un mínimo de las zonas más turísticas, pero aún así incluso en los pueblos los niños le pediran a uno “one dollar”, no “4000 reals”.

A la hora de pagar, carta de precios en dólares. En el par de cajeros en los que estuve, impsible obtener reals: La máquina sólo daba dólares.

Realmente es lástima que un país así se deje dominar tan descaradamente por la influencia o imposiciones de un lugar en la otra punta del mundo. Y estoy seguro de que hay bastantes más casos, estoy seguro de que alguno más encontraré, pero me ha impactado la naturalidad con que aceptan la sumisión.

Además de la salvaje globalización y centralización de poder en la que vivimos, eso nos habla también de la humildad del país. Ello nos lo indica también el hecho de que, pese a ser mucho mas humilde, los precios al turista sean más caros que en Thailandia; Se pueden incluso percibir ligeros aromas del “acoso al turista” al que le someten a uno en lugares como la india, pero aquí es más sutil debido a la mentalidad de no-agresión existente en el sudeste asiático, lo cual, a veces, lo hace incluso menos honesto, pero en este caso sabemos que esta gente lo pasó mal -léase Pol Pot: 1.5 millones de desaparecidos en un país de 7 millones de habitantes.

En la frontera, por ejemplo, asistiremos, rascándonos la cabeza, al espectáculo de escuchar cómo el aduanero/guia en cuestión nos recomendará encarecidamente que cambiemos allí el máximo número posible de Bahts Thailandeses -o dólares, pero por estos últimos cobran comisión, aunque tambien se lleven la suya en el caso de los Bahts- aduciendo que al llegar a Siem Reap "no hay casas de cambio ni cajeros funcionales".

Cuál será la "sorpresa" -ejem- cuando al llegar a Sieam Reap nos encontremos un cajero enorme justo enfrente del hostal, con una casa de cambio al ladito.

He recibido, no obstante, muy buenos informes del resto del país, y por ejemplo en Sieam Reap encontramos el lago Sap, el mayor lago de agua dulce del sudeste asiático, algo así como el 4º en extensión del mundo y donde encontraremos un poblado flotante camboyano y otro vietnamita; suele valer la pena ir a verlo.

Hasta aqui el folleto de Camboya ^^ El próximo, desde las islas del sur de Thailandia.

Interludio 1º - Angkor Wat

Camboya fue, a principios del s.XII, origen y sede del reino más esplendoroso y extenso de la época en el sudeste asiático: El reinado Jemer.
Extendiéndose desde la capital hasta más allá de Camboya, Thailandia y Laos, bajo el mando del rey Suryavarman II, fue sede del mayor complejo religioso jamás construido: El Angkor Wat, el mayor templo del mundo y la ciudad que se extendía a sus pies, Angkor Thom. Con unos 750.000 habitantes, encontramos crónicas donde se compara Angkor con el londres de la época, dejando a este último como un simple “poblado” en comparación a las maravillas y templos existentes en Angkor. En total más de 100 templos, rodeados por una ciudad de casas elevadas en troncos.

Por fin, después de tenerlo en la cabeza desde que tengo uso de razón, el Angkor Wat se fue descubriendo, lentamente, tan lentamente como tardó el sol en salir la mañana del día 24 de julio.
De una sombra contra el amanecer se fue convirtiendo en lo que sólo puedo describir como un impacto en todos sus aspectos: Sensación de pequeñez, humildad, respeto ante unas gentes que tuvieron la idea de construir “eso”; sus 5 puntas, pintadas y probablemente chapadas en oro en su época, sus pasillos y piscinas interiores, ricamente talladas con todo tipo de figuras, sus templos exteriores y depósitos de agua; todo nos transmite una sensación de magnificencia y respeto que en pocos lugares más se encuentra. Realmente se percibe que se consiguió transmitir el respeto y el culto de la época directamente al corazón de la piedra desnuda, tanto que aún se rinde culto a los dioses en el templo de Angkor: Las piedras se encargan de ello.

Pero no es sólo el Wat lo que nos impresiona: un par de kilómetros al norte se encuentra el Bayou, profusión de enormes caras de Bodhisattva, deidad hindú, talladas en cada costado de cada punta de cada wat del templo, quizá otra de las imágenes más reproducidas de este conjunto de colosos intemporales.
Hay que decir, no obstante, que el material de construccion usado -piedra arenisca- no es el idóneo para resistir el paso del tiempo, menos en un lugar tan dado a la lluvia, pero los trabajos de restauración -financiados por alemanes, japoneses, filipinos, franceses... ni uno puramente camboyano- lo mantienen en razonablemente buenas condiciones. El precio a pagar: Dudo que desde su redescubrimiento en 1586 haya habido un año sin andamiaje invadiendo al menos uno de los templos, pero es algo que se olvida cuando uno se da cuenta de que, definitivamente, NO debemos perder algo como el conjunto de Angkor.
Una concesión sí se ha hecho: el Tha Phrom, que se mantiene más o menos tal y como se encontró, invadido por la jungla, abandonado desde el s.XVI. Aquí sí nos sentiremos “Jones” del todo: árboles centenarios estrangulando la roca, sus enormes raices colgando y rodeando los tejados de los subtemplos, pasillos abovedados derrumbados completamente, zonas acordonadas debido al obvio riesgo de derrumbamiento.




Un lugar para recordar, un lugar que me sobrevivirá a mi y a los hijos de mis hijos -caso que los hubiera o hubiere-.
En cualquier caso, hora de avanzar...

martes, 21 de julio de 2009

La sonrisa Thailandesa




En pocos dias, uno se da cuenta de que esto es lo que mejor define a este país: La sonrisa.

La capacidad que tienen para devolver sonrisas -sonrisas francas, no interesadas como en ejemmmmlaindiaejem-, mantener el control en todo momento o ir “a la suya” respetando al vecino es digna de admirar.

Se ve en sus ojos que están contentos de ser Thais, pero más aún, que están contentos de vivir en este país -o cuanto menos que lo consideran el menos malo-, y que harán lo que puedan (no confundir con “lo que sea”) para prosperar personal, familiar y nacionalmente.

No obstante, en muchas ocasiones esa sonrisa estará escondida tras la que quizá sea una de las otras señales de identidad Thai: Las mascarillas médicas. He visto niños salir de sus habitaciones por la mañana con el pijama y una mascarilla que les tapa media cara.

Quizá últimamente se vean más por la llegada al país de la nueva gripe, pero deja perplejo el uso general de ellas, lógico en lugares como Bangkok pero sorprendente en remansos de paz como Chiang Mai (Alli fue donde vi el niño con la mascarilla. Y yo con el café, la legaña y fumándome un cigarrillo...)

Son también un indicativo más de otro de los ideales Thais: La salud. El/la joven Thai media vienen a estar como esculpidos en marfil; aqui la obesidad no es un problema, el masaje es una religión y los veremos comiendo a todas horas. En la mayoría de diarios Thais, cada día, en la portada, veremos la foto de un muerto, con un oficial o médico señalándolo. Atropellado, ahogado, enfermo... es igual, la idea es la misma: Portaos bien y cuidad vuestra salud y de la del prójimo, o eso es lo que os pasará.

Gran tolerancia para con el sexo y la sociedad gay; trabajadores incansables siempre que disfruten de lo que hacen -importante aquí: los Thais trabajan pero invariablemente con una sonrisa en la cara la mitad del tiempo-, incólumnes religiosos. Entrar en un Wat en Chiang Mai y encontrar al monje más decano enseñando a 30 escolares sentados en el suelo, al lado de un buda dorado de 10 metros de alto es una cosa, pero comprobar como dichos escolares y los monjes de alrededor estallan en carcajadas cada 20-30 segundos es otra muy diferente.

“Same same but different”, como dicen aquí. Mismo mismo pero diferente: Ese es el way of living Thailandés. Existen las mismas obligaciones, ilusiones y desilusiones que en la mayoría del resto del mundo pero la psique Thai las cambia, las moldea para hacerlas más saludables, menos estresantes, más respetables: Más enriquecedoras.


Gran país, Thailandia. Pero aún más grande la forma en que los Thais viven en ella.


Continuará...

Políticamente Thai


Sigamos con Thailandia por partes y empecemos por un poco de modesto análisis político, que aquí no es moco de pavo.

Thailandia vive bajo una monarquía “democrática”. Esto es, existe la normal competición entre partidos, pero realmente la ÚLTIMA palabra la tiene el rey. Éste generalmente actúa únicamente cuando las cosas se sacan de madre -al estilo de las manifestaciones de unos meses atrás, que tampoco fueron graves dado el respeto natural hacia el prójimo que habita en el fondo de cada Thai-, pro una cosa está clara: Cuando el Rey habla, Thailandia escucha. Y obedece.

Esta gente viven bajo algo que sólo puedo describir como “libre patriotismo vigilado”: Hay libertad de prensa, pero la policía puede cerrar una editorial en cualquier momento. Existe el voto libre, pero las fotos del rey y la reina -adornadas con flores y guirnaldas- se encuentran en cada esquina, en cada puerta de colegio y en cada estación de policía. Raramente encontraremos un restaurante sin una imagen, por pequeña que sea, del rey o de alguno de sus antecesores. En las guías turisticas de lugares como Ayuthaya es la reina la que invita al extranjero, en la primera página, a disfrutar de la ciudad y del país. El culto al Rey es casi -casi- tan intenso como el culto al Buda mismo.

En una buena parte de parques públicos encontraremos también bicicletas estáticas de uso público. Tintas de comunismo? Preocupación por la salud del pueblo? Creemos que las dos. El ambiente que se respira en general es que el Rey, la autoridad suprema -dejando de lado la política- realmente se preocupa por sus súbditos; y eso, mal que les pese a algunos, aquí funciona. La gente parece creer en ello, y eso precisamente sea quzá lo que lo haga funcionar.
Tampoco es que nadie las vaya a robar -ya sabemos lo que durarían en un parque de cualquier pueblo de España o Londres-: En Thailandia el gobierno se sirve de la extraordinaria firmeza de la policía para mantener las cosas en su sitio. Volveremos a tocar ese tema: Se me ha informado de que la policía Thailandesa no deja de ser la organización mafiosa más importante del país.
Algo como no levantarse y ponerse firme en el cine -antes de cada película durante todo el día, y en la megafonía de toda la ciudad y todos los televisores diariamente a las 6 en punto de la tarde- le puede acarrear a uno algo más que un problema si hay un policía cerca. Y nunca se sabe, porque aqui hasta los revisores de tren llevan uniformes con galones: otro indicativo de influencia comunista, suponemos; pero todo aquel que está al servicio del gobierno recibe un uniforme impoluto, con sus galones y/o boina a juego.

Así podríamos seguir, pero el lector medio se habrá hecho ya una idea bastante clara -y si no aqui estoy yo para intentar sintetizarlo-, del nacionalismo que se respira. Ningún extranjero puede comprar un metro cuadrado de tierra en Thailandia, y ni siquiera invirtiendo, creando una empresa y dándole trabajo a 10 Thais será fácil conseguir un visado de trabajo. Propietarios británicos de hoteles -por supuesto alquilados, no comprados- que llevan 20 años en el país siguen teniendo que abandonar y re-entrar al país cada 3 meses para renovar el visado.
Resumamos con un buen ejemplo:

El partido que ha estado en el poder durante los últimos años -al menos hasta 2006- era el TRT, Thais love Thais, o Thailandia Quiere a Thailandia, cuyo presidente y cabeza de lista era un policía que llegó a convertirse en una de las personas más ricas del país (Eso tiene mucho peso politico aqui). Toma ya. Lástima para él que fuera destituido a base de golpe de estado, tan habituales en la historia Thailandesa...

La situación actual no es nada prometedora tampoco: El Rey se ha hecho mayor, hace meses que no se le ve en público, y el príncipe es un vividor. Decir algo así te puede llevar a comisaría por estos lares, pero digamos que media Thailandia no ve con buenos ojos que alguien así pueda acceder al trono.
La solución? Se está estudiando cambiar las leyes de sucesión para que sea la hija, y no el hijo del actual rey la que pueda sucederle, dejando al principe en segundo plano y “narcotizándolo” con palacios y mujeres. El problema: La otra media Thailandia no aceptará que una mujer acceda al trono.
Mientrastanto, la situación política es cuanto menos delicada, así que está claro que en unos años -nadie lo sabe; cuando el Rey fallezca- habrá más de un poder que se lanzará al primer plano, con la obvia intención de quedarse en él.

No sé si querremos estar en Thailandia cuando eso suceda...

Thailandia parte 1


Thailandia, segunda gran etapa de mi viaje.

De las primeras cosas que uno ve al llegar al aeropuerto Suvarnabhumi es seguridad y policías salidos de Blade Runner: Uniformes negros, boinas de combate y galones por todos lados.

En el dia de hoy los ciudadanos de la unión europea pueden conseguir un visado “on arrival”; esto es, venir directamente a Thailandia y conseguir en 1 minuto un visado turístico de 30 días - extendibles por 15 días más al salir y re-entrar al país, 30 si se re-entra en avión.

Lo segundo será el tráfico de Bangkok: Intenso pero ordenado, muy ordenado. Es decir, siguen adelantándose sin ton ni son pero aqui no encontraremos esa manía de pitar cada 10 segundos tan típica de paises como la India o Vietnam. Esto empieza a pintar mejor...

Tampoco es que vayamos a sufrir mucho por el tráfico. Aparte de la llegada y el consabido trasporte hasta el hotel de turno, generalmente en la zona de Banghlampu, moverse por Bangkok no suele ser un dolor de cabeza. Existe un tren aéreo, un metro -los dos en vías de expansión- y un sistema de autobuses suficientemente eficiente. Si no, existe la opción de usar un tuctuc motorizado -no recomendable para cardíacos dada su velocidad y generalmente el conductor, que parece que le espere la mujer para comer- o directamente un taxi... con su taxímetro y todo, lo cual nos ahorrará el regateo del tuctuc y los precios normalmente hinchados que éstos consiguen del recién lllegado.

El euro está ahora mismo a unos 47 bahts; por unos 60-70 conseguiremos un Pat Thai (fideos de arroz con pollo o vegetariano y una bebida grande); una noche en una Guesthouse normal nos podrá salir por unos 250 bahts y un viaje en bus urbano por unos 5-15 bahts. Autobuses a Siem Rieap -capital de camboya- por 350-500 bahts.

La zona mochilera se encuentra en el barrio de Banghlampu, siendo Kao San Road su centro neurálgico: guesthouses, estudios de tatuajes y bares con música en vivo viene a ser lo que encontraremos. No obstante, en esta zona el ruido y ajetreo será constante (desde grupos saliendo de bares hasta peleas entre turistas y lady-boys intentando engañarlos en la habitación de abajo) hasta altas horas de la mañana así que el viajero hará bien en buscar alternativas cercanas si quiere un buen descanso por la noche. Haberlas haylas...

Mil cosas que hacer en Bangkok: Este es un lugar que mucha gente ama, pero mucha gente odia también. Y no es difícil odiarlo una vez se ha recorrido, mínimamente, la paz que se respira en el 85% restante del país.

Todo es estresante en esta ciudad. El tráfico, la contaminación, la visita de monumentos... aún así, encontraremos islas de paz, como el parque Lumphini o Chatuchak, lleno de Thais haciendo Taichi o simplemente pasando el rato. Hasta las 18.00: Himno Thailandés en la megafonía de toda la ciudad y todos dejando sus cosas y poniéndose en pie.

5 Días en Bangkok y me dirijo al norte hacia Chiang Mai. 13 horas de tren pero no hay que preocuparse: Los trenes thailandeses son espaciosos, cómodos y la psique thai de la sonrisa-sin-razón-aparente contribuye a suavizar considerablemente un viaje que, aún yendo en segunda clase y en vagón de asientos, se nos pasará volando. Existe la opción de vagón dormitorio -realmente cómodo y con sábanas limpias en cada viaje- pero habrá que pagar más de los 340 bahts que cuesta la 2ª en asiento. Con asientos reclinables y vagón restaurante, por supuesto.

Respecto a Chiang Mai en sí, nos podemos imaginar un cuadrado rectángulo perfecto delimitado por un canal que lo rodea y restos de la antigua muralla; el interior es la ciudad antigua -nos la imaginamos bullente de actividad al tratarse de un importante punto de comercio en la legendaria ruta de la seda- y el exterior se considera la ciudad nueva. Gran punto de partida para contratar trekkings, con parques nacionales a tiro de piedra -a veces pienso que toda Thailandia debería serlo- mi experiencia fue la siguiente:

Dos dias de trekking (1800 bahts) repartidos en 5-6 horas caminando por la jungla el primer día, con baño en cascada incluido, hasta llegar a nuestro punto de descanso: pueblo tribal, 42 personas viviendo en él y dos barracones con camas en el suelo -sorprendentemente cómodas-, con mosquiteras individuales. No conseguí que me aclararan el nombre de dicho pueblo...

Segundo día empezando por una ruta de 2-3 horas en elefante, sentado en el cuello del animal, siguiendo el curso del río hasta llegar al lugar en donde los guías nos estarán esperando para toda una experiencia: Bamboo rafting, básicamente 12 palos de bambú de unos 10 metros de largo unidos entre sí y allá que vamos. Mientras haya alguien delante y alguien detrás con sendos palos de bambú controlando, no habrá el mayor problema. Servidor hizo la mitad del camino delante, controlando la dirección... a veces estresante -lógicamente aqui de frenos nada- mientras el guía y mis acompañantes se daban un buen chapuzón en el río.

Seguiremos por Ayutthaya, antigua capital, patrimonio de la humanidad, una de las ciudades más esplendorosas de toda Asia en su tiempo -siglos XV y XVI- habiendo sido comparada con londres como un simple poblado en comparación con la magnificencia y la profusión de templos de Ayuthaya. Actualmente todos destruidos-saqueados: No encontraremos una sola estatua del buda en toda la ciudad que no haya sido decapitada en una de las diferentes invasiones de las que fue sede, generalmente viniendo del reino de Angkor al este. Sin embargo, junto con Sukhotai -antigua capital también-, es parada obligada para todo el que quiera comprender un poco más de la historia Thai y el reino Sukhotai, generalmente aceptado el primer reino Thai verdadero.

Vuelta a Bangkok y tramitación del visado Camboyano para ir a ver Siam Reap y la 8ª maravilla de la prehistoria: El Angkor Wat.


martes, 7 de julio de 2009

Agra



Agra, último destino en la India, es donde se encuentra una de las grandes maravillas del mundo antiguo (no tan antiguo en este caso): El Taj Mahal. Lugar que ha estado en mi mente -junto con el Angkor Wat en Camboya, el cual aparecerá por aqui en breve- hasta donde llegan mis recuerdos.
En 4 palabras viene a ser un mausoleo que el emperador musulmán Jah Gahan hizo para el reposo eterno de su esposa -Mumtaz Mahal- entre los años 1631 y 1654, un monumento al amor por lo tanto; más de un local me decia que Agra era la ciudad del amor -será que cada continente tiene la suya... digo yo-
La entrada viene a ser cara -700 rupias, cuando estaremos durmiendo por casi la mitad de precio en una guesthouse- pero no hay palabras, uno de esos lugares que le empequeñecen a uno; si se va en esta época, antes del monzón, el rio que pasa por delante estará medio seco y no veremos el famoso reflejo del Taj; pero aún así el marmol blanco tallado a la perfección -está hecho TODO de marmol blanco-, las tallas exteriores y cosas como la jaula original que rodea el feretro de la reina, tallada a partir de láminas finas de mármol, le dejan a uno sin sentido. La ventilación en el interior es buena gracias a los paneles tallados que hay a cada lado del monumento; no me preguntéis como ni cómo se les ocurrió pero a 42Cº y sin una pizca de viento entra un fresquito por ahi... que da gusto ^^
Como actividades complementarias en Agra está el Fuerte de Agra o cosas como el baby Taj, por los cuales servidor no se pasó pero que ofrecen descuento si uno ya ha visitado el Taj.
Y aqui concluye mi peripecia por la India! Realmente no hay forma de quedarse con todos los detalles de este ENROME y superpoblado país ni de plasmar todos los detalles mediante un teclado; hay tantos grupos -gente como los cachemiros son indios pero no se parecen en nada al indio tipo, y no son pequeñas etnias sino grandes provincias del país- que la experiencia en la India podrá variar al 90% dependiendo de la zona que se visite.
Preparado para Bangkok, paso mis ultimas 3 noches en Delhi poniendo mi organismo “en orden”-habitacion doble con baño, TV y ventilador de agua por 500 rupias, pero se encuentra más barato, al menos en temporada baja- estudiando 4 palabras en Thai.
Necesito una buena paella -.-

Nepal- Kathmandú


Kathmandú, por ser la capital una de las dos grandes ciudades del Nepal -la otra viene a ser Pokhara-, ha sido el destino de 3 de mis 7 días en Nepal.
El cambio respecto a la India es grande: El viajero que llegue a la zona de Thamel -el centro neurálgico del mochilero en kathmandú- se encontrará calles repletas de agencias de viajes, tiendas de equipamiento de montaña, comerciantes de collares y bares.
Sí, bares, la primera vez que hablo de ello en el blog y es que, después de la India -En Cachemira quizá hubieran 3 o 4 botellas de cerveza en toda la ciudad-, por ejemplo, uno se da cuenta de lo adaptado que está el Nepal al turista: Desde las stupas en pleno centro hasta las bandas nepalíes actuando en los numerosos clubs cada noche, pasando por supuesto por las salidas a la montaña, uno siempre encontrará detrás una sonrisa nepalí. Esta gente, sin dejar de saben que a veces una sonrisa tras un mostrador es mejor que ofrecer un paseo en barco “como los marajás” mientras se te bombardea con tazas de té; por lo tanto, actúan en consecuencia y están 100% adaptados al viajero mochilero occidental.
Quizá sea también debido a lo “occidentalizada” que esta la sociedad, al menos en Kathmandú. Por ser la capital se supone lo lógico, pero no olvidemos que estamos en Nepal, por lo tanto sorprende ver desde camisetas de Offspring o Avril Lavigne hasta chavales con el pelo a lo manga y chicas vestidas como se las encontraria uno en cualquier disco de barcelona.


La búsqueda de Guesthouses sólo tiene un nombre: Thamel. En el caso de viajes pre-contratados es posible que acabemos en partes más alejadas o exclusivas de la ciudad, pero el viajero libre acabará en un 99% de los casos en el Thamel -Lo cual agradecerá por el ambiente-
En cuanto a los precios, ahora mismo un € son 67 rupias indias -usables en Nepal- y una rupia nepalí son 0.5 indias, asi que sí, la moneda es muy barata pero la mayoría de lo dedicado al viajero tiene un precio más caro que en la India; eso se equilibra con los gastos “importantes” como la contratacion de algún trekking en donde sí nos saldran las cuentas, pudiendo encontrar 2 dias de senderismo con guía y noche en hotel 5 estrellas por 30€. Una noche en una guesthouse de nivel medio se puede encontrar por 200-300 rupias nepalíes la noche.
Como detalles, mencionar que no se permite la entrada al país de billetes de 500 ni de 1000 rupias Indias -circulan muchos falsos... ay estos Indios- y que en la India no te cambiarán billetes de menos de 100 rupias nepalíes. “Nadie quiere rupias nepalíes”, me decian en el aeropuerto de Delhi. En fin -.-
En cuanto a las montañas puras y duras, que al fin y al cabo para eso estamos aqui, hay tantas opciones como la imaginación de uno quiera: Todo lo acabado en “ing” tiene cabida aqui. En mi caso fueron dos días de senderismo -Hiking- hasta un pueblo llamado Nagarkot, y aún así se ve ya la cordillera de Langtang, 7200 metros; pero los que quieran emociones fuertes ya saben dónde tienen que ir: El everest, y sus 8600ypico metros (cada 6 meses se “descubre” cientificamente una nueva altura para dicha montaña; los ultimos reportes hablan de un geólogo chino que está seguro de que el Everest llegó a medir unos 12000 metros), y el Tibet, tierra de sueños, están a la vuelta de la esquina. Si no, alquilar una motocicleta y darse una vuelta por los arrozales de la campiña nepalí es tambien una opción a tener en cuenta.


Detalles: NO se puede acceder siquiera a las cercanías del campo base del everest si no es para escalarlo, y en cuanto al Tíbet la única opción de entrada es para grupos. Al viajero solo o la pareja sólo les quedará, en teoría, la opción de unirse a otro grupo.
Y hasta aqui la ristra de hoy; me quedé sin llegar al Tibet por falta de tiempo y el tema de los grupos -.- Pero puedo recomendar, sin dudarlo, el Nepal a cualquiera que se me ponga por delante.

jueves, 25 de junio de 2009

India parte 2


El hombre que no tuvo diarreas en India

The man who hasn't been sick in India”, así me bautizó un chaval irlandés ayer noche.
Y supongo que sí es todo un logro, porque todo el mundo a quien he conocido -absolutamente TODOS- han pasado sus días de diarreas severas y/o vómitos, desde el chico que cruzó andando todo Nepal hasta las 3 médicos/enfermeras del pais vasco que conocí en Benarés. En este último caso fueron 12 dias de tortura gastrointestinal, asi que ya sabeis de qué trata este anexo: ID CON CUIDADO.
Por supuesto que se encuentra uno con gente que lleva un año viajando, y todos coinciden en que la India es el país más peligroso en cuanto a salud se refiere o, al menos, donde lo han pasado peor.
El viajero preparado debería, como mínimo, empezar a tomar antipaludicos del tipo Malarone -consultar con el médico por supuestisimo- unos dias antes, suele tratarse de un comprimido al día, lavarse las manos cada 5 minutos e ir con mucho cuidado con lo que se come o bebe.
Como me dijo mi médico: “cocinado, pelado o no comido”. Buen consejo; aún así, si se planea pasar más de una semana en India creo que pasa a ser cuestión de suerte.
Es inevitable acabar, por ejemplo, estar comiendo en un restaurante indio para gente india viendo ese inmenso río de m... suciedad que fluye por la acera del local.-Recordad que hablamos de presupuestos ajustados-
En estos casos lo mejor es comer lo mínimo indispensable para aguantar hasta la proxima comida, cocinado al máximo y confiar tu vida al altísimo.
Respecto al agua, siempre embotellada y con cuidado, que en segun donde las rellenan y sellan.
Conste que la mayoria de estos cosejos me los he saltado en alguna que otra ocasion asi que, como digo, al final acaba siendo cuestión de suerte y de lo férreo que tenga uno el estómago. Al fin y al cabo no se viene a la India a vivir en una burbuja de plastico autónoma y aséptica... no? XD

Mosquitos, pulgas y otros monstruos

La palabra “mosquito” no suena tan mal, pero “Malaria” suena horrible, asi que a rociar la ropa se ha dicho. Hay sprays de piretrina fáciles de encontrar -Decathlon- que se mantienen en la ropa durante 10 lavados. Rociarse uno por la noche o llevar una mosquitera para la cama son tambien buenos consejos (este ultimo más).
Como mencioné, llevar antipalúdicos encima es INDISPENSABLE pero tened en cuenta que no solo de Malaria vive el mosquito, estos bichos son MALOS ^^` Asi que cuidadin.
Revisaremos/airearemos ropa de cama al irse a dormir y interior de los zapatos al levantarse y con estas 7 lineas podemos estar bastante tranquilos.

domingo, 21 de junio de 2009

India - Interludio


Bien, supongo que es hora de ir haciéndose una idea...
La lista de cosas a comentar es tan grande como el país en sí mismo, asi que allá vamos:
1.- Esto es ENORME. Realmente uno no se da cuenta de lo extenso que es este país hasta que se está aqui.
En mi caso, de cachemira a benarés hay mucho menos de un tercio de lo que se puede recorrer en la india; no obstante, parece tratarse de un salto cultural tan grande -del integrismo islámico armado de origen Iraní en cachemira al puro hinduismo y culto de Benarés- que se entiende que estén, quizá deliberadamente, tan fuera del resto del mundo: La India es “un planeta” en sí mismo, el gobierno parece muy consciente de ello y sobretodo del potencial que tiene la masa india, está empezando a educar en serio a las nuevas generaciones y puedo decir desde ya que eso de “Que vienen los indios” va a volver a ponerse de moda muy pronto.
2.- Capitalismo. Eso es lo que respiro en cada rincón. Puro y duro culto al dinero en todo: en los mercados, en las agencias de viaje, en las noticias...
La CNN/IBN informa al mediodia del dia 17, que Air India retrasará el sueldo de Julio de todos sus empleados hasta el dia 15. Se prevén movilizaciones y huelgas.
Esa misma tarde se informa también de que Kingfisher y JetAirlines, competidoras, subirán sus precios de todos sus vuelos en 400/500 rupias.
Este ejemplo, que está cogido de altas finanzas, se puede ir encontrando, repetido, en cada nivel de la sociedad india en las más variadas y pintorescas formas.
Como turista-viajero, debo decir lo siguiente: “Tú eres occidental, tienes dinero, estás en mi país y TIENES que dármelo.” Remarco: “TIENES” que dármelo.
El país es fantástico y su gente es sencilla, trabajadora y responsable con los suyos, pero me temo que sólo los viajeros más experimentados conseguirán acabar el dia sin la sensacion de haber sido “timados” en algun momento del día.
3.- Recorte de prensa e imágenes.
Empezando por la derrota de la India ante Inglaterra (lo peor que les puede suceder, supongo) en el mundial de Cricket T20. Gente golpeando y quemando muñecos de trapo de jugador al que consideran responsable. (Actualizacion: acabó ganando Pakistan)
Aumentan los casos de nueva gripe. Son 10 más un día, 4 al siguiente, 7 al siguiente... Un chaval infectado de 16 años consiguió escapar del hospital. La India “aconseja” (STRONGLY reccomends) a sus viajeros anular sus billetes a USA. Considerando la falta de salubridad e higiene que hay en en 95% de la vida en la India y la altísima densidad de poblacion en nucleos urbanos/rurales, está claro: Si se les escapa, tienen un problema. Y gordo.
La CNN también informa sobre la posible gran “B”, a saber: Biggest Budget ever, o mayor partida presupuestaria gubernamental de su historia. Esto contrasta con el hecho de que este mes se haya entrado en crecimiento negativo -tan de moda en españa actualmente-, -1.5% frente al +12.5 (¡!) de agosto del año pasado, pero el hecho de que sea un país tan vasto les permite crecer interiormente a pesar de ser arrastrados por -el robo- la crisis global.
Un ejemplo bien ilustrativo a nivel general es la abundancia de publicidad y rankings en todos los medios de universidades, institutos y centros de estudio. NO son públicos, por lo tanto hay que pagarlos, por lo tanto el pueblo empieza a tener dinero para la educación de sus hijos. Que, lógicamente, es lo que busca el gobierno indio. Lo dicho: Que vienen los indios.
- Disturbios en Srinagar -cachemira- por el secuestro y asesinato de una chica de la zona por parte de dos soldados indios. Situaciones de guerrilla urbana, asi com en la zona de Bengala, al este, donde los Maoistas han tomado dos pueblos y se han hecho fuertes.
El gobierno indio ya ha enviado sendos comandos especiales a la zona.
- El actor de bollywood Shiney Allujah detenido por secuestrar y violar a una chica de su servicio doméstico. Lo creais o no está en todas las portadas de todos los noticiarios... -.-
Como ultima hora, turista británica secuestrada en Palampur, supuestamente por dos locales haciendose pasar por guias, en Palampur.
Bueno, hasta aqui. Premio a quien se haya enterado de algo :p Nos leemos ;)

jueves, 18 de junio de 2009

India parte 1 - Cachemira


Si si, la india... madre mía, estoy aqui!
Primeros segundos en Delhi: Calor, calor y taxistas en busca de victima.
Por avatares del destino acabo pasando un par de noches en el apartamento de una chica americana -Billi, muy agracedido por la info- a la espera de despegar hacia... Cachemira.
Me explico: “Avatares del destino” se refiere a que aqui -y esto lo explicaré más tarde, no se me enfaden- en cuanto te das cuenta te han metido en una agencia de viajes/tienda de alfombras.
Esto nunca es un problema, nunca excepto la primera vez. Cuando acabas de llegar de 9 horas de avión, tu hostel te dice que solo tiene una de las 5 noches que reservaste, se fríen los huevos en la acera y no paran de ofrecerte té a 1000 grados mientras te lobotomizan enseñandote las fotos de ese maravilloso trekking de 6 dias en el himalaya, acabas firmando cualquier cosa con tal de salir de allí.
Asi que, consejo numero uno: Nunca acepteis un té a un desconocido xD Y menos si estais en una agencia de viajes. Sementiende ;)

Srinagar: Ciudad de mezquitas y lagos a los pies del himalaya, creada a partir de 750 artesanos iraníes y realmente diferente al resto de India como más tarde comprobaría. Barricadas en cada esquina, controles y trincheras del ejercito Indio aqui y allá y un sentimiento de independencia respecto a la India y Pakistán bastante marcado -aunque algo más ligero en el caso del último-. Para mas bibliografia sobre el conflicto Cachemiro, http://es.wikipedia.org/wiki/Cachemira
Eso si: Reciben turismo masivo desde la India e idolatran el Ambassador, el viejo modelo de Vehiculo destinado a las élites coloniales británicas. Aviso: Cachemira NO es india, forma parte de ella pero todo lo que encontraremos aqui son mezquitas, árabes, y islam.

Llegado a Srinagar hago noche en la ciudad y empezamos la ascension. Sólo deciros que subimos 8 y bajamos 7 -uno de los caballos murió por el camino-. Lo que mas me encontre, ejercito. Habian un par de peces gordos de trekking tambien y debian llevar unos 30 soldados y 10 ponis cada uno mas o menos. Logicamente pase de hacer fotos...
Harmukh: 5500 metros-. Campo base: 5000 metros. Sol: si, lluvia: si, viento helado: si, nieve: pues tambien oiga. Todo bien salteadito, de 5 minutos en 5 minutos que es como se disfrutan las cosas -.-`
Y una palabra: Apabullante, tanto el silencio como la fortaleza de esta gente -ponymens, guias y pastores gitanos, adjunto alguna foto de una de sus tiendas. Es increible verles recorrerse medio himalaya con mocasines de goma, sea cual sea el terreno...
Resumiendo, una dura prueba para empezar, pasada con nota y sin mal de altura ni falta de oxigeno. Seguimos!
Bajada hacia Srinagar y salida hacia Benarés y el Ganges.

Londres

Londres! capital de un imperio (y una gente) que se resiste a olvidar su esplendoroso pasado.
No está mal para empezar, más teniendo en cuenta la larga muestsra de colonialismo que me espera más avanzado el viaje.
El Smart Hostel es sencillo pero suficiente, lleno de holandeses borrachos -si, tambien aqui- y escolares noruegos de 12 años con sombrero de copa (¡!), todos ellos bastante poco amistosos con todo aquel que no sea ellos, salvo excepciones me parece que no van a aprender mucho por aquí, tampoco parece que hayan venido a ello.
Por suerte me toca habitacion con 2 chicas bastante agradables, asi que al menos duermo bien mientras oigo como el staff del hostal sube a rastras a una holandesa totalmente alcoholizada y vomitando a la habitacion y sus compañeros disparan la alarma anti-incendios en la zona común. Todas unas joyas.
Enorme ciudad, la segunda noche conozco a Matías, argentino genial tambien viajando solo, con el que ya compartiré la mayoria de lo que quedan de visitas, a saber: Museo de la guerra imperial, Abbey Road, picadilly, museo britanico y Torre de Londres.
Llegada la ultima noche buscamos un bar donde ver la final -sisi, la europea que acaba ganando el Barça- y un español de gavá borracho nos dice que en picadilly hay reunión de españoles! Sin estar muy convencidos lo seguimos en el metro y, efectivamente, alli está la fuente de Picadilly “tomada” por gente de celebración y el mismo numero haciendo fotos...
En fin, Londres: un buen inicio para este viaje con final aún mejor cuando me despido de Mati y se va contento diciendome que “conoció a una linda persona”, lo que dibuja una gran sonrisa en mi rostro y me hace olvidar la lluvia, los holandeses y lo cara que esta la libra y hace válidos los 4 dias pasados por aquí.
Preparado para Delhi!