martes, 21 de julio de 2009

Políticamente Thai


Sigamos con Thailandia por partes y empecemos por un poco de modesto análisis político, que aquí no es moco de pavo.

Thailandia vive bajo una monarquía “democrática”. Esto es, existe la normal competición entre partidos, pero realmente la ÚLTIMA palabra la tiene el rey. Éste generalmente actúa únicamente cuando las cosas se sacan de madre -al estilo de las manifestaciones de unos meses atrás, que tampoco fueron graves dado el respeto natural hacia el prójimo que habita en el fondo de cada Thai-, pro una cosa está clara: Cuando el Rey habla, Thailandia escucha. Y obedece.

Esta gente viven bajo algo que sólo puedo describir como “libre patriotismo vigilado”: Hay libertad de prensa, pero la policía puede cerrar una editorial en cualquier momento. Existe el voto libre, pero las fotos del rey y la reina -adornadas con flores y guirnaldas- se encuentran en cada esquina, en cada puerta de colegio y en cada estación de policía. Raramente encontraremos un restaurante sin una imagen, por pequeña que sea, del rey o de alguno de sus antecesores. En las guías turisticas de lugares como Ayuthaya es la reina la que invita al extranjero, en la primera página, a disfrutar de la ciudad y del país. El culto al Rey es casi -casi- tan intenso como el culto al Buda mismo.

En una buena parte de parques públicos encontraremos también bicicletas estáticas de uso público. Tintas de comunismo? Preocupación por la salud del pueblo? Creemos que las dos. El ambiente que se respira en general es que el Rey, la autoridad suprema -dejando de lado la política- realmente se preocupa por sus súbditos; y eso, mal que les pese a algunos, aquí funciona. La gente parece creer en ello, y eso precisamente sea quzá lo que lo haga funcionar.
Tampoco es que nadie las vaya a robar -ya sabemos lo que durarían en un parque de cualquier pueblo de España o Londres-: En Thailandia el gobierno se sirve de la extraordinaria firmeza de la policía para mantener las cosas en su sitio. Volveremos a tocar ese tema: Se me ha informado de que la policía Thailandesa no deja de ser la organización mafiosa más importante del país.
Algo como no levantarse y ponerse firme en el cine -antes de cada película durante todo el día, y en la megafonía de toda la ciudad y todos los televisores diariamente a las 6 en punto de la tarde- le puede acarrear a uno algo más que un problema si hay un policía cerca. Y nunca se sabe, porque aqui hasta los revisores de tren llevan uniformes con galones: otro indicativo de influencia comunista, suponemos; pero todo aquel que está al servicio del gobierno recibe un uniforme impoluto, con sus galones y/o boina a juego.

Así podríamos seguir, pero el lector medio se habrá hecho ya una idea bastante clara -y si no aqui estoy yo para intentar sintetizarlo-, del nacionalismo que se respira. Ningún extranjero puede comprar un metro cuadrado de tierra en Thailandia, y ni siquiera invirtiendo, creando una empresa y dándole trabajo a 10 Thais será fácil conseguir un visado de trabajo. Propietarios británicos de hoteles -por supuesto alquilados, no comprados- que llevan 20 años en el país siguen teniendo que abandonar y re-entrar al país cada 3 meses para renovar el visado.
Resumamos con un buen ejemplo:

El partido que ha estado en el poder durante los últimos años -al menos hasta 2006- era el TRT, Thais love Thais, o Thailandia Quiere a Thailandia, cuyo presidente y cabeza de lista era un policía que llegó a convertirse en una de las personas más ricas del país (Eso tiene mucho peso politico aqui). Toma ya. Lástima para él que fuera destituido a base de golpe de estado, tan habituales en la historia Thailandesa...

La situación actual no es nada prometedora tampoco: El Rey se ha hecho mayor, hace meses que no se le ve en público, y el príncipe es un vividor. Decir algo así te puede llevar a comisaría por estos lares, pero digamos que media Thailandia no ve con buenos ojos que alguien así pueda acceder al trono.
La solución? Se está estudiando cambiar las leyes de sucesión para que sea la hija, y no el hijo del actual rey la que pueda sucederle, dejando al principe en segundo plano y “narcotizándolo” con palacios y mujeres. El problema: La otra media Thailandia no aceptará que una mujer acceda al trono.
Mientrastanto, la situación política es cuanto menos delicada, así que está claro que en unos años -nadie lo sabe; cuando el Rey fallezca- habrá más de un poder que se lanzará al primer plano, con la obvia intención de quedarse en él.

No sé si querremos estar en Thailandia cuando eso suceda...

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