lunes, 14 de septiembre de 2009

Vietnam, 2ª: Itinerario

Así que, aqui estamos! Empezamos por Ho Chi Minh City (antigua Saigón) dispuestos a regatear el precio de la habitación; una de 6€ la podremos conseguir por unos 4 con un poco de insistencia, teniendo en cuenta hoteles, hostales y “rooms for rent”, literalmente habitaciones en casas privadas. No parece caro pero se debe tener en cuenta que en este país los servicios e infraestructuras tienen un nivel más bajo que en otros paises más avanzados; se obtiene menos por el mismo dinero, por lo tanto, aqui la comodidad se paga. Aún así, sigue siendo posible tomarse una jarra de cerveza en Hanoi por unos 4000 VND -Unos 0.20€- o un Hot Pot (Foto inferior, de 60 000 a 100 000 Dongs)

Los túneles de Cu Chi, enorme red de túneles usados por el Vietkong durante la guerra contra EEUU son una muy buena opción en cuanto a visitas; los americanos llegarían a construir una de sus bases encima de una sección de túneles sin siquiera dersa cuenta.

Si se puede, es también recomendable irse a recorrer la campiña del Delta del Mekong: Cráteres de bombas entre miles de hectáreas de arroz y nuestro primer contacto con el Viet Nam más rural. El Distrito de Cho Lon, en Saigón, nos servirá para familiarizarnos con la vida en el mercado vietnamita. Cientos de colores y aromas se mezclan en lo que antaño fue una de lás zonas de más comercio del sudeste asiático.

Entre tanto vendedor ambulante deberemos decidir nuestro siguiente destino; aqui es donde entra el sistema Open Ticket. Un buen invento: Se puede ir de sur a norte del país, parando en las principales ciudades, por unos 20€; la opción de autobuses-litera nos podrá salir unos 5-10€ más cara. Difícil decidir ya que, por ejemplo, el recorrido Hoi An – Hue (4 horas) contrasta con el Hue – Hanoi, 13 horas. Las distancias son grandes aquí aunque no lo parezcan, y la velocidad real de los vehiculos no suele pasar de los 70km/h; por lo tanto, aunque el ticket de asiento es más barato quizá los viajeros con un poco más de presupuesto se decanten por la opción del bus-litera.


Primera parada Nha Trang (foto superior), en la costa; una especie de Benidorm a la Vietnamita, más últimamente en que se pueden ver los esqueletos en construcción de los futuros hoteles-rascacielo. La parte más turística en sí no tiene mucho a remarcar; será en el precioso barrio de pescadores o el templo Cham de las columnas a donde tendremos que ir en busca del Viet Nam más tradicional.

Destino frecuente para turistas y parejas Vietnamitas, quizá no queden colmadas todas las expectativas, pero el lugar es un buen punto de partida -uno de los pocos- para contratar los servicios de un Easy Rider, léase guia motorizado, que nos llevará de paquete en su moto, o nos dejará una moto para seguirle, en una ruta por el interior de la zona en cuestión; cascadas, villas y montañas incólumnes que nos permitiráan conocer el Viet Nam más auténtico. Una opción a tener en cuenta, se esté en la zona que se esté del país.

Siguiente parada, Hoi An, y aquí sí nos encontraremos algo diferente; pueblo a orillas del río, con la playa a unos 5 minutos, no encontraremos en la localidad ningún edificio que sobresalga de los demás, tratándose el estilo arquitectónico de casas bajas, de no más de dos plantas, generalmente de madera, y de mansiones de antiguos comerciantes chinos o miembros del gobierno, éste será un buen lugar para contemplar arte en una de las numerosas galerías existentes y/o encargar un vestido o camisa, hecho a medida, por unos 20€. Un cambio enorme comparado con Saigon o Nha Trang, en Hoi An servidor no pudo evitar notar reminiscencias mediterráneas; la misma tranquilidad, los mismos colores, el mismo ambiente. El pueblo se conserva como en tiempos antiguos; además se libró de los bombardeos norteamericanos durante la guerra así que en pocos lugares más veremos cómo era una ciudad vietnamita del siglo pasado. Un buen tratamiento de desintoxicación del crecimiento evidente en que se ve sumido el resto del país.

En Hue, también en el centro del país, nos estarán esperando el palacio del emperador, la ciudadela antigua y las diferentes tumbas de reyes que fueron gobernando el país desde esta ciudad, mezcladas con una ciudad hoy industrializada, principal ciudad del centro y tan superpoblada como Hanoi o Saigón.

100 kilómetros al norte se encuentra la Zona Desmilitarizada, a la altura del paralelo 17, el que separó Vietnam del Norte del Sur después de la guerra de Indochina: El lugar a donde ir si se buscan testimonios de la guerra contra EEUU.


En Hanoi, la capital, ciudad del Norte comunista vencedor y sede del partido, encontramos un ambiente distinto del de Saigón; aqui no tendremos que buscar bares locales de calle con cerveza barata pues parece considerarse más importante mantener el statu quo local que centrarse en el turista; lo cual es de agradecer.

Perseverando en su ideal del Vietnam más independiente, contrasta con la mucho más liberal Saigón en cuento a que no veremos vendedores ambulantes de guías de Vietnam, gafas de sol o grandes clubes con neones: aquí el partido controla, pero aparte hay una tendencia mucho más fuerte a mantener viva la tradición del país. El tráfico de motos e incesante actividad a cualquier hora del día son, no obstante, iguales que en Saigon.

Buena muestra de ello son, por ejemplo, las funciones de las tradicionales marionetas de agua o las visitas a la cárcel de Hanoi, el museo Ho Chi Minh o el mismo Mausoleo del difunto, en el que encontraremos al tío Ho fresco como una rosa gracias al embalsamamiento al que fue sometido a finales de los 60. Una lástima si consideramos que su voluntad era ser incinerado y repartir sus cenizas por las 4 montañas más altas del norte, centro y sur del país, como símbolo de unidad; el partido, no obstante, consideró mejor embalsamarlo para que lo pudieran ver los futuros ciudadanos vietnamitas del Sur aún no conquistado. Así que allí está el hombre, con su cara en todos los billetes del país, su nombre en autopistas y ciudades pero más tieso que la mojama.


A 4 horas al este, en la costa, se encuentra la bahía de Ha Long, patrimonio de la humanidad y de donde procede una de las fotos más célebres de toda Asia.

Miles de islotes y peñas se aglomeran en esta zona, visita obligada y en la que podremos realizar desde excursiones de 4 horas a 2-3 días durmiendo en uno de los juncos de la bahía. Eso sí, juncos modernos: Los tradicionales con velas vietnamitas hace tiempo que claudicaron frente a los grandes barcos-hotel y los motores fueraborda.

Aún así, el lugar nos mostrará una buena visión de la Asia más eterna; Un paisaje tan distinto a lo que podamos encontrar en occidente que nos hará volar la imaginación pensando en piratas, dragones y la Asia más ancestral. Una visita obligada si se decide venir al país.

Y, en cuanto al campo... realmente se respira un ambiente distinto al de las ciudades; los vietnamitas rurales suelen, en un 95% de los casos, ser gente curiosa y alegre que aceptan al extranjero con una sonrisa mientras le bombardean a preguntas como si está casado, cuantos años tiene, en qué trabaja... Gente sencilla, trabajadores y algo en su rostro que nos habla de lo mal que lo ha pasado el país en su larga historia, y también quizá una expresión de desconcierto, de no entendimiento ante el rumbo que están tomando las cosas en su país, un país que en su historia sólo había evolucionado en términos de lucha pero que se está zambullendo de lleno en la búsqueda de capital extranjero, de modernos vehículos de 100 000€ circulando por angostas calles entre cientos de motos y ciclotaxis y construcción de modernos hoteles, centros de negocio y resorts.

Como siempre, a más pobreza más riqueza: Al igual que en la India -ver capítulo anterior-, esto parece tratarse de 50 000 ricos que usan el potencial de los millones restantes para impulsar al país (y a sí mismos por supuesto).

Nos tememos, visto lo visto, que poco le queda al Viet Nam actual; el viajero que quiera saborear la tradición original hará bien en venir antes de unos 10 años; al ritmo que van las cosas ése es el plazo que le queda al Sur de los Viet -traducción de su nombre original, Nam Viet- para ofrecernos el encanto de sus gentes, de sus campos de arroz y maravillosos paisajes rurales intocados.

Un último apunte: El regateo. No sabemos hasta cuándo durará -posiblemente para siempre dado lo arraigado de la costumbre- pero aquí se regatea todo: Desde el alojamiento al transporte, libros, souvenirs... siempre se deberá empezar ofreciendo la mitad del precio que nos pidan.

Aquí se presupone que los extranjeros y Vietnamitas de dinero no sólo pueden sino que deben pagar más por lo mismo; no es aprovecharse sino una manera de ver las cosas en la que el que tiene más debe pagar más para ayudar al que tiene menos; la casta superior tiene privilegios pero debe, a su vez, contribuir al bienestar relativo de las castas inferiores.

Y se acabó el Viet Nam; en esta ocasión no me he recreado tanto escribiendo porque he estado demasiado inmerso en el país en sí. Sólo me queda recomendarlo como un excelente lugar al que ir a ver y aprender; los vendedores, mototaxis y demás pueden hacerse algo pesados de vez en cuando pero con paciencia y una sonrisa siempre por delante no deberemos tener el más mínimo problema.

Decir también que esta entrada trata sólamente de los lugares más visitados; En todo el interior del Vietnam encontraremos aldeas y campo para aburrir, se recomienda ingeniárselas para ir, tembién, hacia dichas zonas.

Espero que haya sido suficiente para haceros una idea o, cuando menos entreteneros; servidor se prepara para dirigirse al sol naciente: El Japón.

1 comentario: